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Drogadicción: Hablemos claro

Habitualmente la gente suele hablar de “la droga” haciendo referencia casi exclusiva a sustancias como la marihuana, la cocaína o la heroína, que al ser consumidas alteran nuestras conductas. Sin embargo, existen otras drogas mucho más familiares para gran parte de la población, como el alcohol o el tabaco, que también impactan de manera muy importante sobre la salud de nuestra sociedad.

El alcohol, el tabaco o los tranquilizantes son incorporados a nuestra vida cotidiana como si se tratara de sustancias neutras, que cumplen una función y que en ningún caso pueden dañar nuestra salud.

Tanto la sensación de que “esta droga no es peligrosa ni me hace nada malo” como la de “yo controlo” no son más que ideas falsas. Lo que realmente constituye la característica común de todas las drogas es la psicoactividad, es decir, su capacidad para alterar el funcionamiento normal del cerebro. Sea en forma de pastilla, bebida, cigarrillo o polvo, una vez en nuestro cuerpo la droga utiliza el torrente sanguíneo para trasladarse hasta nuestro cerebro y provocar alguna alteración.

Algunas drogas, como el alcohol, la heroína y las pastillas para dormir o para calmar la ansiedad, causan un adormecimiento del sistema nervioso central, y por eso se las denomina “depresoras”. Otras drogas, como la cafeína, la nicotina, las anfetaminas o la cocaína son, cada una en diferente medida, “estimulantes” que aceleran el funcionamiento del cerebro. Por último, existe un tercer tipo de drogas “perturbadoras” del sistema nervioso central, que provocan distorsiones perceptivas y alucinaciones, entre las que se encuentran el hachís, la marihuana, el éxtasis y el LSD.

De todas formas, lo fundamental es entender que todas las drogas, cada una de manera distinta, producen importantes efectos físicos, psicológicos y sociales sobre nuestras conductas. Aunque las consecuencias pueden ser variadas y dependen en la mayoría de los casos de las circunstancias personales que explican que una persona consuma determinada droga o varias de ellas, el consumo de cualquier droga tiene siempre algún efecto y muy probablemente será contrario a los intereses de nuestra salud.

El consumo abusivo de estas sustancias suele provocar consecuencias negativas en la salud del consumidor y en la relación con su entorno social y laboral. Después de un uso prolongado de determinada droga la persona suele caer en una situación de dependencia, que puede ser tanto física (la sustancia es indispensable para vivir con normalidad y que no aparezcan síntomas de abstinencia) como psicológica (la sustancia nos ayuda a alcanzar la sensación de bienestar o a vencer la timidez). En esos casos, el organismo va desarrollando “tolerancia” al uso de la sustancia, de modo que se adapta a su presencia habitual y cada vez necesita consumir mayores cantidades para producir los mismos efectos.

¿Es posible tratar con éxito la adicción?

Sí, la adicción es un trastorno tratable. Las investigaciones sobre la ciencia de la adicción y el tratamiento de los trastornos por el consumo de drogas han llevado a la creación de métodos basados en la investigación que ayudan a las personas a dejar de consumir drogas y retomar una vida productiva, un proceso al que se llama recuperación.

Al igual que sucede con otras enfermedades crónicas, como el asma o algunas enfermedades cardíacas, el tratamiento de la drogadicción por lo general no constituye una cura. Pero es posible manejar la adicción en forma satisfactoria. El tratamiento permite que las personas contrarresten los efectos perjudiciales de las drogas en el cerebro y el comportamiento y recuperen el control de su vida.

¿La recaída en el consumo de drogas significa que el tratamiento ha fallado?

No. El carácter crónico de la adicción significa que para algunas personas la recaída—es decir, volver a consumir la droga luego de intentar dejarla—puede ser parte del proceso, si bien los tratamientos más nuevos están diseñados para ayudar a evitarla. Los índices de recaída en el consumo de drogas son similares a los índices de otras enfermedades crónicas. Si una persona deja de seguir el plan de tratamiento, es probable que sufra una recaída.

El tratamiento de las enfermedades crónicas incluye la modificación de conductas muy arraigadas, y la recaída no significa que el tratamiento haya fallado. Cuando una persona que se está recuperando de una adicción sufre una recaída, es una señal de que debe hablar con su médico para reiniciar el tratamiento, modificarlo o probar un tratamiento distinto.

¿Cuáles son los principios de un tratamiento eficaz?

Las investigaciones demuestran que en el tratamiento de la adicción a los opioides (ya sea analgésicos recetados o drogas como la heroína o el fentanilo) la medicación debe ser la primera línea de tratamiento. Por lo general, la medicación se combina con alguna forma de terapia conductual o apoyo psicológico profesional. También hay medicamentos para tratar la adicción al alcohol y la nicotina.

Igualmente, se emplean medicamentos para ayudar a una persona a desintoxicarse de las drogas, si bien la desintoxicación no es lo mismo que el tratamiento y no es suficiente para ayudar a que la persona se recupere. La desintoxicación por sí sola, sin un tratamiento posterior, por lo general lleva a reanudar el consumo de la droga.

Las terapias conductuales ayudan a las personas que están bajo tratamiento por drogadicción a modificar sus actitudes y comportamientos relacionados con el consumo de drogas. Como resultado, los pacientes son capaces de afrontar situaciones de estrés y varios factores desencadenantes que podrían causar otra recaída. Las terapias conductuales también pueden aumentar la eficacia de los medicamentos y ayudar a que el paciente continúe con el tratamiento durante más tiempo.

Dejar de consumir drogas es solo una parte de un proceso de recuperación que es complejo y largo. Cuando una persona inicia el tratamiento, a menudo la adicción ha creado graves consecuencias en su vida y probablemente haya desestabilizado su salud y la forma en que se desenvuelve en su entorno familiar, su trabajo y la comunidad.

Como la adicción puede afectar tantos aspectos de la vida de una persona, el tratamiento debe abarcar las necesidades del individuo como un todo para tener éxito. Para asistir en la recuperación, los asesores psicológicos pueden elegir entre una variedad de servicios que cubren las necesidades médicas, mentales, sociales, laborales, familiares y legales específicas de cada paciente.

Fuentes:
. ¿Cómo reconocer un trastorno por consumo de drogas? – National Institute on Drug Abuse, USA
. Addiones y Drogas – Fundación CNSE, España
. Fuera de las Drogras – Secretaría de Educación Pública, México
. Salir del las drogas – Clínica de Tratamiento de Adicciones, Fundación RECAL, Madrid, España

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