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En el 2003 las Naciones Unidas establecieron el 20 de marzo como el Día de la Felicidad, para concientizar sobre el papel tan importante que representa la felicidad y el positivismo en la salud.

¿Por qué las personas felices suelen tener mejor salud?
Sabemos que cada día surgen más datos que evidencian que la felicidad y la salud están vinculadas en muchos sentidos.
No existe una única definición de qué es ser feliz, pero podemos decir que la felicidad es un estado de bienestar subjetivo en el que predominan las emociones positivas por encima de las negativas. Este positivismo es el que hace que las personas felices afronten mejor los problemas físicos y psíquicos, lo que repercute directamente en la salud.

¿Cómo mejora la felicidad nuestra salud?
Las emociones influyen directamente en nuestro organismo, tanto de forma positiva como de forma negativa. En general, las personas que se sienten felices tienen menos problemas de salud. ¿Por qué? Todo es debido a que nuestro cuerpo genera “hormonas de la felicidad” que hacen que nos sintamos bien, aportando una sensación de bienestar.

Serotonina que estimula el buen estado de ánimo.
Dopamina que activa la sensación de placer y la motivación.
Endorfinas, que nos hacen sentir felices.

Este estado de bienestar, al que llamamos felicidad, tiene un efecto muy positivo sobre el organismo y actúa directamente sobre el sistema inmunológico. Tanto es así que las personas que se sienten positivas pueden llegar a vivir de promedio 7 años más que las que se sienten infelices.

Sentirse feliz:

Reduce la probabilidad de resfriarse o contagiarse de gripe.
Bajas posibilidades de sufrir molestias cotidianas y dolor, incluido el crónico.
Disminuye la presión sanguínea y el estrés; lo que favorece la salud cardiovascular.
Influye para que el proceso de curación sea más rápido.
Ayuda a contrarrestar los niveles elevados de adrenalina, asociados al estrés y la ansiedad, y disminuye la probabilidad de sufrir depresión.

¿Cómo podemos fomentar las emociones positivas y la felicidad?
Aunque a cada persona, le hace feliz estímulos o situaciones diferentes, hay actitudes y técnicas que pueden hacer la vida más fácil y agradable.

Intentá mantener una actitud positiva ante la vida, creer en nosotros mismos y en nuestras capacidades, potenciar lo positivo por encima de lo negativo y vivir en el presente evitando acontecimientos negativos del pasado.
Realizá actividades de tu gusto, para estimular la producción de las hormonas de la felicidad, podemos recurrir a actividades que nos gusten como bailar, escuchar música, leer, caminar, practicar algún deporte, y sobre todo fomentar las relaciones y habilidades sociales que son fundamentales para mantener un ánimo positivo y potenciar la sensación de felicidad. Compartir experiencias con amigos o familia hace la vida mucho más llevadera y repercute de forma positiva y determinante en nuestra salud.

Ahora ya sabés la importancia de mantener una actitud positiva y cuidar de tu felicidad.
Sonreí y cuidá de tu salud.